miércoles, 8 de febrero de 2012

A Luis Alberto (donde quiera que estés)


Como gacela desafió al horizonte y lo atravesó sin temor para llegar a ese lugar al que todos llaman cielo. Dejando caricias de melodías inmemoriales, se despide hoy, con un eterno hasta luego, el capitán Beto, el loco de las canciones inentendibles, el flaquito de Almendra, y la impotencia no cesa.
-¿Qué va a pasar cuando se muera Spinetta?-  pregunté a otro flaquito, hace poco, tal vez queriendo convencerme de que tal cosa nunca sucedería. Y así, sin previo aviso, sin anestesia, recibe Luis Alberto un mensaje desde no sé dónde, cierra los ojos, y comienza a flotar. En otra dimensión, ahora, porque en ésta siempre lo hizo.
No merecemos tanto esplendor, pero siempre te atreviste a brindárnoslo de todas formas. Gracias, Flaco, por regalarnos hechos canciones, pedazos de tu alma de diamante.