martes, 7 de abril de 2015

Reescribir

Dormir, sólo eso;

sólo eso, llamalo como quieras.

Anoche,

la historia del pecho saturado de sentires cayó en la trampa.

Páginas guardadas como buena mujer en mi voluntad.

Anoche,

entre las personas que andan comiendo papeles escritos con tinta que casi nadie ve,

no sé por qué, tu chal celeste flameaba a los gritos por ahí.

-Pudiste haber sido yo; yo con furia (él, que sea como es).

Todo bien con ustedes, los vientos de cambio, los domingos incoloros;

de a ratos también las nubes me dan una mano,

siempre me hacen volver hacia vos.

Las nubes son vos.

Dormir sólo eso.

Sólo eso, no estamos hablando cuando hablamos.