domingo, 28 de junio de 2015

Oda a la salchicha parrillera

Tu piel rosa, tersa.
Tu complicada anatomía,
interior y exterior,
no conozco realmente tus límites.
Dónde comienzas
y dónde terminas.
No siempre.
Tu presencia
tu olor
cautivan.
No es aroma.
Es olor.
Despierta
en las vísceras
-en mí-
algo indescriptible.
Nadie
o pocos
miran a otras
que están allí
a tu lado
tendidas
anhelando el momento
en que te levantas
y luces un perfecto bronceado.
Y tu forma
simple por momentos
o complicada
-como te prefiero-
sigue intacta.
Perfecta.
Todo tu ser
emana ese olor
el olor de la carne,
deshace mi boca
en ríos de saliva.
Y entonces
sin decirte nada
voy a vos.
Me entrego,
me regalo.
Tu carácter
picante
me embriaga.
La mixtura que te compone,
indescifrable.
Deleite animal,
primitivo.
Siempre llegas
antes.
Te espero más que a nadie.
Quisiera verte siempre.
Olerte,
degustarte,
regocijarme
en ese efímero instante

en que estás.

¡Sorprais!



Buenas, viajeros y viajeras del escabroso espacio virtual (?).
Les comento así como quien sí quiere la cosa, que volvimos y en forma de revista digital.
Esta vez nos sentimos el seleccionado argentino contra Colombia por penales (¡qué momento, viejo! QUE MO MEN TO), y queremos compartir el hermoso fruto de nuestro esfuerzo con everybody. 

Así que dejémonos de joder un poquito y démosle clic a la nueva Lectura de Verano que vuelve aunque no te lo imagines, aunque no sea verano, aunquetodoyaunquenada.

Lectura de Verano

Besos, los queremos, léannos, miren las hermosas fotetos y dibujetos, compartan, critiquen, disfruten y pónganse capucha que con esta humedad es imposible tener el cabello presentable. Muá.

Camino de ida

 Siempre salís tarde, boluda. Siempre. Todos los días, Mere, y encima tenés tanto orto que llegás a horario. Dale, agarrá la mochila, vamos. Ascensor, la concha de tu madre. Dale. No vas a parar en la esquina a comprar puchos. No fumás y listo. Es tarde. Bueno, la multitud en la parada de bondi, eso quiere decir que todavía no pasó. Conclusión pelotuda si las hay. Esperemos cinco minutos más y sino sacás plata del cajero y te tomás un taxi. Tres… qué lindo el pibe de la bici. Y qué linda bici. Que se cambie el semáforo en rojo así frena acá. Sí… uh, viene el bondi. La concha de su tía. Chau chico lindo. Ahí otro chico lindo más que nunca vas a volver a ver. Como siempre. Boluda, ¿la sube tiene carga? La puta madre, no tiene. Vas a pasar la vergüenza de querer pagar y te salga “Saldo insuficiente”, y que el chofer te mire con cara de BAJATE, POBRE. Estamos re pobres, Mere. Bueno, bajá. Andá a cargar, pedile a alguien que te pague. Ya sé que odiás hacer eso, pero ya fue. Multitud de gente, imposible dar marcha atrás, ya está, nos empujaron para adentro. Bueno, probá. Puta madre… tres veinticinco decile. Pasó. Dios, qué momento. Qué pelotudez, igual. Si no pasaba no pasaba. No te iba a hacer bajar con toda esta gente. Fue. Olvidate, buscate un lugar cómodo. Jesús María la remera de esa chabona. Asquerosa. ¿Cómo mierda pensás en ponerte eso? Posta. No hay chance. Mere… no pienses eso, boluda. ¿Qué sabés? Qué pelotuda. Bueno, pero me sale, ¿qué querés? Me sale el pensamiento, no estoy pensando en qué pensar. Es horrible la remera, fue. Bueno. Vamos para atrás. Siempre hay olor, ¿viste? Ayer, el perfume del señor que era igual al de papá. Uh, tengo que hablar con papá. Igual hablé el domingo y estaba bien, miró el partido y nos mandamos whatsapps. Partido de mierda… bueno, pero el empate estuvo bien. Nunca entendí lo de la expulsión de Mancuello, ¿en qué quedó eso? ¿Por qué habrá sido? En fin, ej jueves jugamos. Boluda, le apostaste la coca y los puchos al chabón de la basura, no te olvides. Sí, bueno, pero no podemos perder. Por eso aposté. No hay chance, cero. No vamos a perder. ¿y lo de Gago? Cualquiera. Por un gesto de mierda, cuando los de River entraron a la Bombonera con la nariz tapada, y nadie dijo nada, loco. Qué mierda. Ves por qué habíamos dejado de mirar fútbol después del Mundial… te hace mal, boluda. Fue. Bueno. Puta, ¿Córdoba recién? Bueno, asientooooo, quiero asientoooo. Qué bronca que me duerman el asiento, loco. Me la re hacen a esa, soy alta boluda. Me hago la cordial, qué pelotuda. Uh, subió el mogólico rubio que viaja siempre. Se hace el lindo, alto gil. Al principio era más simpático. Pero tiene una cara de imbécil. Es feo. Sí. Medio que le doy, igual. Llegado el caso, ¿no? Lo pensaría. No, pero es un boludo. Basta de boludos, boluda. No te cansás, Mere. Y bueno pero al principio no parecen ser boludos, después es como que aparece esa faceta. Ni idea… posta… T., ponele. ¿Qué mierda iba a saber yo que era un pelotudo total, si al principio era recontramil copado? Porque era copado, aparte lindo pibe. Requete lindo. Podría mandarle un mensaje en estos días. Ah, la boluda de América. O sea, te copan los boludos. Está claro. Bueno, no, mejor no le escribo, aparte, es probable que te conteste cuatro días después, jaja. Típico. Bueno, puta madre, empujá gente y llegá a la puerta. Al pedo tanto saco, qué calor que tengo. Bueno, llegamos bien al final. Son en punto, compremos puchos y llegamos cinco minutos tarde. Ni cinco, tres. Bueno, no compres si no querés. Hay Yummis en la mochila. Uf, qué bueno que guardaste eso en la mochi. Genia, Mere del pasado. Qué esquina de mierda esta, siempre un auto atravesado. Bancá, caminá más despacio y fumate el pucho tranquila. Ya sé, estás re loca, y no da llegar a laburar así. Pero bueno, te lo dije hace un rato cuando te fumaste el porro. Dos sequitas no me pegan, qué caradura. Y llegás y Fer no te va a decir nada, Mere, el jefe más copado y falopa del mundo tenés. Basta. No pasa nada. Pero no seas boluda, no fumes antes de venir, boluda. Después te da bocha de hambre y laburando en un kiosco sabés cómo es. Ayer comiste un par de cosas, boluda. No comas mucho esas boludeces, después te hace re mal. Comprate una manzana. O sea, rescatate más temprano, NO FUMES PORRO, y cuando salís a laburar te comprás una manzana en frente de casa. Listo. O un yogur con cereales, o algo así más copado. No da un alfajor con Coca todos los días. Bueno, poné cara de masomenos seria, ponete las gafas. Nah, ya fue, si se me nota la locura, F. se va a dar cuenta al toque. Y me va a gastar. Ya fue, tampoco estás en la mierda. Estás medio puesta nomás. Dale, listo. Tirá el pucho, embocale a la boca de tormenta. Genia, siempre te sale re bien tirar la colilla del pucho.
-Hola, F.   

Yenaro

Genaro tiene 21 años. Tiene unos ojos azules llenos de cielo y ternura. Es rubio y se parece a Martín Palermo. Nunca me lo dijeron, pero puede ser, se sonríe. Fuma mucho porque anda nervioso, dice, pero le gustaría no hacerlo. No tanto. Dentro de dos meses, Genaro va a ser papá. Se va a llamar Francesca, pero se dice Franchesca, porque es tano el nombre, como Genaro, que se dice Yenaro. Su novia, Sole, vive en Tandil y tiene una panza que explota de amor. Genaro la extraña, pero tiene que laburar para bancar lo que se viene. Genaro es hincha de San Lorenzo y dice que de pibe iba a la cancha de seguido. Le gusta trabajar de noche, porque la ciudad de noche tiene otro color. Dice Genaro que la peor parte del día, para él, es levantarse de la cama. Y mucho más si es temprano, pero sabés que tengo algo así como un reloj interno, y nunca me quedo dormido. Le gusta cocinar pero no sabe cocinar más que unas pastas y alguna “salsa masomenos”. Genaro es tímido. Es simpático, se ríe lindo. Es lindo. Es el más chico de cuatro hermanos, pero es el primero que le va a dar un nieto a su mamá, que me llama dos veces al día a mí y dos veces el día a Sole, para chequear que esté todo bien con la panza. Genaro dice jugar muy bien al PES, pero no le gusta competir porque siempre alguno se enoja. Es lo que me pasa a mí. Durante el día, Genaro tiene mucho tiempo libre. Le ofrecí prestarle algún libro, y se sonrojó. ¿Por qué me querés prestar un libro? Porque quiero. Porque tengo muchos. Porque leer está re bueno. Porque no me importa si no me lo devolvés, mientras lo leas. Porque sí, atiné a decir. Genaro me trata de usted y me dice señorita. A veces hace chistes y luego aclara que es un chiste. Me cuenta de lo distinto que es Tandil de la Capital Federal. Me pregunta miles de cosas, se vuelve a reír lindo, y dice ser consciente de que se sentiría un poco más normal vestido de otra manera, esta ropa me pesa mucho. Me ahoga a veces. Me aleja de muchas cosas, de muchas personas. De vos no, porque no mirás mi ropa. Yo miro sus ojos azules y casi casi lo entiendo. A Genaro le gustaría seguir trabajando ahí cerquita de donde trabajo yo, porque es entretenido charlar con vos, en general la gente no me habla y las horas de laburo se me hacen muy largas. A Genaro no le gusta la violencia. Tiene un arma, dice, pero no la usó nunca. Dice que no sabe bien para qué la tiene, porque no se lo especificaron, porque sabe que nunca va a necesitarla. Nunca va a quererla. Pero ahí está. Colgando al costado de su cadera. Genaro es policía.

1440

Todo azul, negro.
Y amarillo, a veces.
A veces, gris.
A veces no me quiero despertar
a veces no me quiero dormir.
Alguien apaga las luces
y no hay más obscuridad.
Ya es mañana.

*

Despertate.
No.
Que se despierten los que someten a su cuerpo a un sueño con forma de reloj.
Que las mañanas están hechas para ellos.
Que se despierten los que tienen ganas.
A mí no me jodas.

*

Calor. Porque acá, al medio día, hace calor.
Olor. Porque acá, al medio día, hay olor a almuerzo.
Migas. Porque acá, al medio día, la parte de abajo de la mesa se llena de migas de pan, porque acá, al medio día, se come pan antes de la comida y se toma soda con terma y hielo, o solo soda, que siempre hay, porque el medio día es el momento en que llega el sodero y se lleva los desvencijados sifones vacíos y deja a cambio relucientes sifones listos para salpicar con el primero chorro que nunca es despacito aunque lo aprietes despacito. Y el primer trago de soda que te hace salir un poquito de gas por la nariz y hace picar un poquito pero también es lindo. Y el calor y el olor a comida y el pan de Galarza y la soda que salpica la cara y pica la nariz y hasta que no estén todos los componentes presentes, la hora del medio día no llega. Porque no.

*

Hay sábanas. Hay calor o frío. No importa. Hay vos. Hay humo y hay dormir o no dormir. Hay, a veces, tereré. Hay café, sino. Hay ese aire raro de siesta. Silencioso. Quieto. No hables. El secreto es cerrar los ojos.

*

Una tarde ventosa y lluviosa se le dio vuelta su paraguas favorito.
Una tarde salió de su casa sin encendedor.
Una tarde se puso la bombacha más incómoda que tenía, y se preguntó durante el resto del día por qué la seguía teniendo.
Una tarde en el bondi un chabón le tosió en la cara.
Una tarde alguien que le cae mal dijo que la tarde es el mejor momento del día. Ella decidió nombrarlo el peor momento del día.
Después se olvidó.

*

Sería ideal que antes de acostarme a dormir, comience a sonar como por arte de magia el ruido de un ventilador o aire acondicionado, pero que no me tire viento porque al otro día se me chorrean los mocos y tengo la voz muy muy parecida al bien recordado Alfio Basile.
Estaría bueno también que siempre esté al lado mío tu espaldita para rascar hasta quedarme dormida y te quedes dormido.
Estaría bueno que la noche dure más, que cada tanto durante el día se dé ese momento cuando todo comienza a oscurecerse, las luces de la ciudad se encienden y las caras se van apagando, y el paisaje se va quedando así.

Todo azul, negro. 

martes, 7 de abril de 2015

Reescribir

Dormir, sólo eso;

sólo eso, llamalo como quieras.

Anoche,

la historia del pecho saturado de sentires cayó en la trampa.

Páginas guardadas como buena mujer en mi voluntad.

Anoche,

entre las personas que andan comiendo papeles escritos con tinta que casi nadie ve,

no sé por qué, tu chal celeste flameaba a los gritos por ahí.

-Pudiste haber sido yo; yo con furia (él, que sea como es).

Todo bien con ustedes, los vientos de cambio, los domingos incoloros;

de a ratos también las nubes me dan una mano,

siempre me hacen volver hacia vos.

Las nubes son vos.

Dormir sólo eso.

Sólo eso, no estamos hablando cuando hablamos.

viernes, 20 de marzo de 2015

Lectura de Veraño nuevo!



Buenas, camaradas del rubro (?).
La linda de Seelvana did it again, y hoy mismísimo salió la nueva Lectura de Verano que, a demás de estar de re chupete, estrena edición aniversario. Sí, cumple un añito y lo festejamos todos juntos, un día antes del fin de este verano que al parecer vino para quedarse (por mí puede retirarse ya, fue suficiente sudor por el momento, gracias CHAU).
Espero la disfruten, espero la lean, espero les guste y espero la compartan. Sino, pueden ir considerándose mis enemigos personales. Mentira, los re quiero.

Sin otro particular, los saludo con un beso bien sudoroso veraniego.

Lectura de Verano - Edición Aniversario!