Tu
piel rosa, tersa.
Tu
complicada anatomía,
interior
y exterior,
no
conozco realmente tus límites.
Dónde
comienzas
y
dónde terminas.
No
siempre.
Tu
presencia
tu
olor
cautivan.
No
es aroma.
Es
olor.
Despierta
en
las vísceras
-en
mí-
algo
indescriptible.
Nadie
o
pocos
miran
a otras
que
están allí
a
tu lado
tendidas
anhelando
el momento
en
que te levantas
y
luces un perfecto bronceado.
Y
tu forma
simple
por momentos
o
complicada
-como
te prefiero-
sigue
intacta.
Perfecta.
Todo
tu ser
emana
ese olor
el
olor de la carne,
deshace
mi boca
en
ríos de saliva.
Y
entonces
sin
decirte nada
voy
a vos.
Me
entrego,
me
regalo.
Tu
carácter
picante
me
embriaga.
La
mixtura que te compone,
indescifrable.
Deleite
animal,
primitivo.
Siempre
llegas
antes.
Te
espero más que a nadie.
Quisiera
verte siempre.
Olerte,
degustarte,
regocijarme
en
ese efímero instante
en
que estás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario