lunes, 30 de mayo de 2011

Demasiados ayeres


Demasiados ayeres flotan en el arroyo. A veces inquieto, fluye; a veces sereno, observa. 
Cuentan los ayeres una historia sin final. O será que culminó y como un loop no se cansa de volver. Dicen algunos que el pasado no se borra. Mi memoria selectiva prefiere ocultar detalles irrelevantes que sólo adornan banalmente este árbol que creo ser. Optamos entonces mi memoria y yo por ir de la mano y acentuar únicamente capítulos selectos, que se prestan con gracia a ser recordados. Podrá variar el lenguaje según el preciso momento en que sean narrados; según el humor con que los repita; según el oído que se atreva a escucharlos. 
Mis numerosos ayeres han sabido moldear el hoy que me abruma, que sí es uno solo, pero que pronto formará parte de aquellos. A cada instante nacen ayeres que no revelan un mañana ni ayudan a descifrarlo siquiera. Descarto por inercia efímeras líneas que quiero suprimir; aportan a la experiencia y me hacen saber qué es aquello que no quiero ni recordar, ni repetir. Y se va formando entonces un hilo cronológico (alterado, por supuesto, por mi propia voluntad) abundante de esos ayeres inolvidables, irrepetibles, que no se cansan de reaparecer. Saben hacerme sentir viva, hacerme sentir árbol, hacerme sentir arroyo, inquieto esta vez. Inquieto siempre.

 

2 comentarios:

  1. Dios, si habré pensado todo esto. Cómo puede ser que lo escribas así. A veces esta en el otro reconocer lo que uno quiere decir.

    ResponderEliminar
  2. ese arbol inquieto que sos, ese arroyo revuelto que sos, siempre esta, estuvo y por siempre estaras sera lo que te hace ser distinta, por eso te quiero, te admiro, desde mi rinconcito te mando un beso y con el un mi felicitaciones or escribir mucho en tan pocas lineas.Muuuchos ayeres estaran el dia de mañana.. vivilos y disfrutalos como hoy...

    ResponderEliminar